TRAS LA VERDAD: CAMBIOS SIMBÓLICOS EN SEGURIDAD PÚBLICA MUNICIPAL ¿INTERESES POLÍTICOS?

Por Héctor Parra Rodríguez

 

Una vez más se concreta otro paro de policías municipales en la Capital del Estado, ante las inconformidades de los responsables del orden por los actos represivos que en su contra ha cometido el titular de la Secretaría, el General Rolando Hidalgo Eddy.

Las acciones se endurecen. El Presidente Municipal Marcos Aguilar, dice que no cederá a las presiones. Aparentemente de los 10 puntos petitorios que formularon los policías, 9 de ellos había sido aparentemente concedidos, excepción de la destitución del General.

Sin embargo los mismos policías aseguraron que no era confiable la concesión de los puntos que demandaron, por lo cual seguirían en protesta. En otras palabras, que no confiaban en la palabra de las autoridades municipales.

Lo que llevó al mismo Presidente Municipal, Marcos Aguilar, a decir que no quisiera imaginar que detrás del movimiento hubiera intereses políticos. Esta afirmación resulta por demás temeraria, dado que los policías han demostrado que sí han sido vulnerados sus derechos laborales y humanos. De tal manera que la desafortunada declaración del Presidente tergiversa el fondo del asunto.

De forma simbólica, ante la negativa de la autoridad –Secretaría de Gobierno y Presidencia Municipal- de remover a los mandos superiores de la Secretaría de Seguridad Pública, los mismos elementos procedieron a nombrar otras autoridades en sustitución de aquellos que, dicen, han trastocado sus derechos.

A consecuencia de ello, el Secretario de Gobierno, respondió de inmediato afirmando que no eran procedentes esos nombramientos. Vaya, que la ignorancia del Secretario fue manifiesta ¡Por supuesto que no son válidos! Los mismos policías lo dijeron: “cambios simbólicos”.

Ante el grave problema que ha desbordado la capacidad de negociación de las autoridades municipales, salta la interrogante ¿Dónde está el equipo político del Presidente Municipal? ¿Dónde está su área de gobernación y sus negociadores que jamás vieron venir el problema en casa? Estos delicados hechos que rebasaron con creses la capacidad política de las autoridades municipales, son un ejemplo que nos demuestra que no es lo mismo una campaña que gobernar una compleja ciudad como la Capital queretana.

Estos hechos también confirmas que muchos de los nombramientos del equipo del Presidente Municipal, recayeron en personas que solo sabe cobrar y no han sabido responder a los retos y confianza que en ellos depositó su jefe superior: Marcos Aguilar Vega. La novatez ha quedado de manifiesto.

¿Qué hará entonces el Presidente Municipal? Con un poco de mayor criterio político y sensibilidad ante el problema, y sin los prejuicios que le acompañan, debió iniciar una investigación seria, responsable y expedita para tomar una decisión sopesada y madura, responsable y no adelantar el criterio impositivo del autoritarismo del: no aceptaré presiones, no removeré al General. En otras democracias por mucho menos renuncian a los cargos públicos.

Tampoco el Presidente Municipal debió mesclar –según su dicho- posibles intereses políticos, si no tiene prueba alguna que confirme su presunción. Más bien pareció una desesperada y desafortunada declaración ante lo difícil de la situación. Es más sencillo echar culpas que reconocerlas y resolverlas.

El gobierno del estado ha sido respetuoso y no ha intervenido. Ya lo dijo el gobernador, los problemas de la Capital, deben ser resueltos por la autoridad municipal.

Así las cosas, vale nuevamente recordarle al Presidente Municipal que el General Rolando Hidalgo Eddy, fue despedido del gobierno de Aguascalientes, debido a los múltiples conflictos que ocasionó en aquella entidad federativa. El ejemplo se vuelve a repetir y eso debe tomar en consideración el presidente Municipal. Afirman los policías que aún hay muchos más problemas en la corporación, como han sido faltas en agravio de las féminas que ahí trabajan. En las redes sociales ya circula un video del segundo mando en la corporación, quien afirmó sin empacho “que él mandaba y si quería podía desarmar a toda la corporación”.

Urge pues una seria y responsable solución a este asunto que no solo afecta a la corporación y a la administración municipal que encabeza Marcos Aguilar; no, también perjudica -aún más- a la población de la capital al distraer la fuerza de seguridad pública en problemas generados por el mando superior de esa fuerza policial, en lugar de atender con eficiencia y eficacia el servicio al que están obligados todos los involucrados: brindar seguridad pública.

 

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