EDUCACIÓN EN LA LUPA: LA ESFE Y LA UAQ

Por Alberto Junco

 

“Herrera no tiene calidad moral para erigirse en el cuidador de consciencias” Así me lo dijo un compañero de la Prepa que estudió Administración y hoy se desempeña exitosamente en una empresa privada, mientras comprábamos un café en una tienda de conveniencia. El comentario vino a raíz del encabezado de un medio local, algo así como que la UAQ fiscalizaría el gasto del Gobierno del Estado. Nos dirigimos a la Plaza del Estudiante y ahí le pregunté sobre las razones de su afirmación. Esto es lo que me dijo y comparto con ustedes.

Es falso que la UAQ vaya a hacer la fiscalización, es Herrera; tampoco son las facultades de Filosofía y Ciencias Políticas, son sus directores y algunos incondicionales los que según están trabajando, cosa que dudo porque la declaración de Herrera está plagada de inconsistencias y cargada de enojo. Esa declaración es pura propaganda sin sustento, no es más que una forma de querer seguir mostrándose como víctima, cuando en realidad es el victimario de la Universidad Pública, también se nota que está preparando su plataforma política para tratar de ser candidato a algún puesto público por cierto partido político, pues sus ansías de poder son ilimitadas.

Además, continúa comentando mi compañero sus razones, la publicación de la cuenta pública de la UAQ por parte de la Entidad Superior de Fiscalización del Estado, pone en tela de juicio el accionar administrativos y el manejo financiero que Herrera ha hecho de los recursos públicos. Tantas observaciones sobre omisiones, incumplimientos, manejos “equivocados” de las cuentas bancarias, adjudicaciones millonarias directas a un solo constructor, retrasos en la entrega de la información y de los registros contables, acciones de uso de recursos sin solicitar la autorización del Consejo Universitario, el no atender las observaciones de manejo contable y administrativo establecidos por la Ley General de Contabilidad Gubernamental, obras inconclusas y que no tienen para cuando terminarse, iniciar obras y comprar equipo sin tener la suficiencia presupuestal para hacerlo, la deuda con la CEA, entre otras muchas más.

Hay datos que llaman la atención. Están las enormes diferencias de las cantidades de dinero registradas entre la Dirección de Tesorería y la Dirección de Contabilidad General de la misma UAQ. El incumplimiento señalado con el número 41 de 2015, indica que el saldo de la cuenta de proveedores entre los dos órganos administrativos, es de 4.6 millones de pesos. El incumplimiento 40 de 2015 señala que no informaron y enteraron a las instancias correspondientes la cantidad de 335 mil pesos por concepto de retenciones por supervisión de obra.

Otro dato que me llamó la atención, remata mi compañero, es que la UAQ se gastó en 2015 cerca de 15 millones de pesos para pagar indemnizaciones de juicios perdidos en Conciliación y Arbitraje, que tiene pendientes 114 casos más, que seguramente van a perder, y, no contentos con lo anterior, por hacerle perder dinero a la UAQ le pagan a un despacho de abogados externos algo así como medio millón de pesos al año.

Estos botones de muestran están multiplicados por toda la cuenta pública. Un millón por acá, 300 mil pesos por allá, 25 mil más acá, dinero, dinero, dinero que no se informa, que hay diferencias entre lo que dicen unos y otros, que no son enterados, materiales que no se reportan de los almacenes de las clínicas médicas y odontológicas, etcétera, etcétera. La administración de Herrera hiede.

Si revisas a fondo las cuentas públicas te darás cuenta que hay serios problemas de control administrativo y de, por decirte lo menor, falta de control financiero, aunque mis amigos a eso le llaman robo hormiga, brincarse al Consejo Universitario, tráfico de influencias, ocultar información para despistar y beneficiarse, quebranto patrimonial, desvío de recursos. En mi opinión dice mi amigo, hay un verdadero caos en la Universidad; lo que se debe investigar a fondo es si este caos es producto del desconocimiento y los errores humanos o si se aplica el criterio de la mala fe para encubrir los malos manejos.

Para resumir, porque el frío empezaba a sentirse en la Plaza del Estudiante, externó un último comentario, le parece sorprendente que en un solo ejercicio de una administración experimentada, con años de control sobre la Universidad, “cometa tantas equivocaciones”. Si tú observas, me dijo, el número de reglamentos, leyes, procedimientos que se violan en cada una de las cerca de 100 observaciones que se le hacen en 2015, y sin contar todo lo del 2012 al 2014, tienes que quedarte con una duda razonable de que hay dolo, cierto sesgo de manejo administrativo para confundir y hacer muy difícil el análisis sobre el comportamiento de las finanzas y de la administración universitaria. Herrera se mueve con la consigna de confunde y dividirás, divide y podrás golpear, golpea y reinarás. No olvidemos que está empeñado en nombrar a su sucesor, o sucesora, para seguir manejando los hilos del poder.

Todo esto viene en un contexto de denuncias sobre la forma autoritaria y totalitaria de dirigir los destinos de la Universidad por parte de Herrera, quien no tiene empacho en correr injustificadamente a los trabajadores para mantener el control a través de la represión y amenazas a quienes no coinciden con su posturas y piensan que el futuro puede ser mejor.

Termina 2016 y es hora que los grupos universitarios reflexionen sobre esta administración que poco le ha reportado académicamente pero que ha mostrado que el uso de la fuerza puede ser suficiente para controlar y dominar a toda una institución.

Nos despedimos y mi amigo lanzó una pregunta: ¿los universitarios están dispuestos a seguir tolerando esta infamia?

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