TRAS LA VERDAD: CORRUPCIÓN EVIDENTE Y ESCANDALOSA EN EL GOBIERNO DE LA 4T   

Por Héctor Parra Rodriguez

De visita por Querétaro en la conmemoración del inicio de la vigencia de la Constitución de 1917, AMLO enfrenta múltiples acusaciones de corrupción en su gobierno de la “transformación”, traicionando sus promesas de combatirla.  

Lo cierto, en el gobierno federal se ha “institucionalizado como política de Estado”. 

Sigue pesando la grave acusación del tráfico de influencias que ejerce la familia del presidente de la República. Muchas pruebas que lo evidencian. El último acto de presunción delictuosa se atribuye a su hijo José Ramón López, quien emula las mismas acciones que duramente criticó el hoy presidente en contra del Enrique Peña Nieto. 

Antes la “casa blanca”, hoy una mansión que desaparece ante el lujo y dimensiones en la que habitó su hijo José Ramón, pero en tierras estadounidenses. Supongo la deshabitó en cuanto transcendió la información. El hijo menor bailando frente ala enorme alberca. Lo ligan con múltiples contratos con Pemex de corte millonario, por medio de la “cabildera o lobista” de la nuera. 

No podía faltar la “torpe excusa” de López Obrador, culpando de todo a la nuera, con el fin de deslindar a su hijo de los beneficios que obtiene por medio de su esposa. “No hay nada ilegal en los actos de mi hijo José Ramón”. Siempre a la defensiva de la corrupción en tratándose de miembros de la familia e integrantes de la 4T. Hoy en día las esposas de los corruptos son las anfitrionas del tráfico de influencias, lavado de dinero, delincuencia organizada, etcétera. 

Ayer viernes Paulo Diez Gargari, denunció ante la FGR al exconsejero jurídico de AMLO; “mi hermano”, dijo el presidente de la República cuando renunció al cargo. Lo acusan de diversos delitos mientras fungió como funcionario y gente de confianza del presidente ¿Por qué delitos fue acusado? Asociación delictuosa, ejercicio ilícito del servicio público, coalición de servidores públicos, uso ilícito de atribuciones y facultades, ejercicio abusivo de funciones, tráfico de influencias y en contra de la administración de justicia. Esta es la lista de ilícitos por los que fue acusado una de las “gentes” más cercanas al presidente; se parece al asunto de René Bejarano, el “señor de las ligas”. Cuando AMLO fue gobernador del DF, Bejarano era secretario particular. Al lado de su oficina traficaban y recibían cantidades millonarias de dinero. López siempre fingió ignorancia, solo sus colaboradores pisaron la cárcel. 

El entonces Secretario de la Sedatu de la 4T, Víctor Toledo, renunció bajó presiones. Fue grabada una conversación en la que acusaba al empresario Alfonso Romo, de ejercer tráfico de influencias. Entonces Romo ejercía el cargo de Coordinador de la Oficina de la Presidencia. Aquel funcionario que invitó a empresarios a una cena de 20 millones de pesos con el presidente para consumir en el Palacio que habita AMLO, “tamales de chipilines”. Para eso servía Alfonso Romo, enlace para traficar influencias con los empresarios. Otra “gente” cercana al presidente. Más relaciones de negocios desde la Presidencia de la República. Pero, en el gobierno de la 4T, dice López Obrador, ya no hay corrupción. 

Y, como todo aquel que osa criticar a López Obrador, “ipso facto” es enemigo, se fue en contra de su exaliada Carmen Aristegui, a quien acusó de corrupta por haberse atrevido a criticar a su hijo José Ramón. Afirmó que Carmen “engañó durante mucho tiempo”. Claro, Carmen de inmediato hizo uso de la réplica y difundió en redes su comentario y respuesta. 

Aristegui, durante su programa radiofónico, cuestionó duramente al presidente, al mencionar que el mandatario decida destinar los recursos públicos, como el Palacio Nacional y su tiempo para agredirla. Para luego expresar: “Me queda clarísimo cada vez más que el presidente dice cosas que tienen un solo propósito: Dañar. Dañar en lo que es más importante para una periodista; dañar la reputación, dañar la trayectoria periodística, dañar la credibilidad y eso es un asunto que tenemos que tomar conciencia de lo que significa”. Más enemigos gratuitos. 

Ayer viernes 4 de febrero dio inicio el periodo de veda para todas las autoridades. “Deben guardar silencio en el tema de la “ratificación de mandato”. Pero, como López Obrador suele por costumbre no respetar la Constitución, volvió a entrometerse en “su campaña”. Seguimos con la farsa de la viciada consulta, conocida como “democracia directa o participativa”. Eso también es “corrupción”. Ícono del gobierno de la 4T. 

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